lunes, 21 de marzo de 2011

UNA PRECIOSA MAÑANA


Aquella bonita mañana de verano a mí parecía un día especial. Porque me levante con mucha alegría en el cuerpo y muchos ánimos de empezar a hacer algo divertido e interesante.
Llegue a clase y a la hora del recreo me lo pase muy bien con todos los amigos hablando y comentando todas las cosas que queríamos y que decidíamos. Luego, a las dos y veinte, me fuí a casa a comer, y después salimos todos los amigos por la tarde para echar un maravilloso partido. Al final de la tarde nos fuimos todos a casa a cenar y a la cama, que al siguiente día había que ir a la escuela.

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