En la doctrina católica, la indulgencia, a diferencia del sacramento de la penitencia o reconciliación, no perdona el pecado en sí mismo, sino que exime de las penas de carácter temporal que de otro modo los fieles deberían purgar, sea durante su vida terrenal, sea luego de la muerte en el purgatorio.
La indulgencia puede ser concedida por el Papa, los obispos y cardenales, a quienes, por ejemplo, recen determinada oración, visiten determinado santuario, utilicen ciertos objetos de culto, realicen ciertos peregrinajes, o cumplan con otros rituales.
Con el tiempo , los eclesiásticos empezaron a vender las indulgencias a cambio de dinero, hecho que resultaba escandaloso ya que la iglesia siempre había defendido que el dinero no tenia importancia.
Fue Lutero quien denunció esta corrupción y puso en marcha la Reforma protestante.
Referencias:
- Manual digital de la Plataforma Eleven
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