jueves, 5 de mayo de 2011

Casa de doña María la Brava



La casa de doña María la Brava está situada en la Plaza de los Bandos. En el solar donde estuvo la verdadera casa de Doña María la Brava, edificaron sus descendientes otra hacia 1485, de la que solo queda la fachada hoy en día.
Tiene un amplio portalón de entrada dominada por un arco de medio punto con grandes dovelas de cuyos salmeres nace un alfiz de lineas quebradas que rodea los escudos, el balcón y la toza de piedra labrada que está sobre el balcón.

Está decorado a todo lo largo por bolas, ornamentación muy usada en la época de Isabel la Católica.

¿Sabéis quien era Doña María la Brava?


Procedencia de la imagen

Doña María la Brava fue una mujer que vivió en el siglo XV. Perteneció a una familia importante que luchó en una guerra casi infinita por obtener la egemonia absoluta de la ciudad de salamanca. En una de esas luchas sus hijos murieron, por lo que ella se encargo de buscar a los asesinos, mandarlos a matar y a decapitar, depositando sus cabezas en la tumba de los suyos.


La historia de esta mujer se remonta a la de salamanca, ciudad que vivía en constante tensión. Se encontraba en plena ''Guerra de los Bandos''- el de San Benito y Santo Tomé-, teniendo entre ambos numerosas luchas que hostigaron a la misma durante el siglo XV. Estas guerras fueron protagonizadas por familias de la nobleza que, al querer obtener el control y dominio de esta ciudad, se hallaban enfrentadas a muerte.


Doña María la Brava, llamada en realidad María Rodríguez de Monroy, nació en el palacio de esta familia en la ciudad española de Plasencia (Cáceres), y vivió siempre en Salamanca. Ella pertenecía al bando de San Benito.
Las luchas internas de estos dos grupos aterrorizaron a los habitantes, además de ayudar a que Salamanca se encontrara estancada, sin poder prosperar durante varios años. Las familias Solís, Maldonado, Manzano y Monroy, entre otras, se inmiscuyeron en un camino de luchas sin fin, todo por haberse empeñado en tener la absoluta hegemonía.

Las cosas empeoraron cuando en una de las peleas de los bandos los hijos de Doña María fueron matados. Al enterarse de lo sucedido, ésta persiguió a los asesinos hasta llegar a Portugal; allí los mandó a ejecutar y una vez muertos, Doña María hizo que lo decapitaran. Con la frialdad de la venganza, regresó a su casa con las cabezas, que depositó en las tumbas de sus hijos enterrados en la iglesia de Santo Tomé.


Este hecho generó más violencia y más combates, por lo que los enfrentamientos se prolongaron durante 40 años más. Pasado este tiempo, el predicador agustino Juan de Sahagún consiguió que los bandos firmaran un pacto de paz y de concordia.

Referencias:

La Revista

Wikipedia



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