martes, 25 de enero de 2011

El Islam y sus costumbre gastronómicas.

Ver esta página muy interesante sobre el Islam http://javimoya.com/blog/2005/08/29/las-prohibiciones-del-islam/


Las prohibiciones en el Islam han sido consideradas absurdas por otras religiones, sin embargo es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el nuestro.



La primera de las prohibiciones que las suratas citan es la del consumo de carroña, es decir, animales o aves que han tenido una muerte natural sin que el hombre haya intervenido con la intención de sacrificarlas o cazarlas. Son las razones por las que se prohíbe el consumo de carroña.

La segunda prohibición es la del consumo de sangre derramada, es decir, la sangre que brota. Solo la sangre derramada está prohibida, no órganos sanguinolentos, como es el bazo. Explican los teólogos del Islam que los paganos utilizaban objetos agudos cada vez que tenían hambre y practicaban una sangría sobre sus camellos u otros animales. Recogían la sangre y después la bebían. Con respecto a esto El Ahcha dice: “Desconfiad de los animales muertos, no las recojais. Y no utilicéis armas puntiagudas, no sangréis”. Y puesto que esta práctica debilitaba a los animales y les hacia sufrir el Islam la prohibió.

La tercera prohibición es el consumo de carne de cerdo. Según las enseñanzas islámicas, la medicina moderna ha demostrado que su consumo es peligroso especialmente en las regiones cálidas. Según estas enseñanzas, las experiencias científicas han, igualmente demostrado, que su consumo es una de las razones de la presencia de la tenia solitaria así como de otros vermes mortales. Esta misma pedagogía se pregunta, si la ciencia de mañana nos demostrará otros secretos sobre la prohibición de la carne de cerdo además de los que ahora conocemos. Y se va más lejos, al citar a “ciertos investigadores” que dicen que “el consumo permanente de carne de cerdo provoca una indiferencia de la persona hacia las cosas inviolables”.

 La cuarta prohibición se refiere al consumo de animales que han sido sacrificados invocando el nombre de otro Dios, como los ídolos, por ejemplo. Los adoradores de ídolos invocaban el nombre de sus ídolos cada vez que hacían un sacrificio. La razón de la prohibición aquí es puramente religiosa, pues su fin es proteger la unicidad y luchar contra el politeísmo en todas sus formas.





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